domingo, 2 de septiembre de 2007

Parece que no ve bien

Es muy difícil saber qué les pasa a nuestros bebés por la incapacidad que tienen de verbalizar lo que sienten, lo que viven, lo que les gusta o lo que les disgusta. Por eso a veces sacamos un instinto que muchas veces no sabemos ni que tenemos y descubrimos que en alguna ocasión algo no va como debiera y nos parece conveniente acudir a un especialista. Esto es muy frecuente si hablamos de problemas de visión infantil.
Cuando todo va bien es perfecto pero cuando sospechamos lo mejor siempre es consultar con un oftalmólogo pediátrico. Si por ejemplo notamos que no conseguimos captar la mirada de nuestro hijo, que él o ella no se anima cuando nos ve, que le molesta en exceso la luz, que se frota los ojos de manera excesiva, que hace extraños movimientos de ojos o de cabeza, que un ojo le llora o se le infecta con cierta frecuencia, que su desarrollo motriz no progresa adecuadamente,... son solo algunos indicios que nos pueden animar acertadamente a acudir con nuestro pequeño a un especialista que podrá dar con la solución y dejarnos mucho más tranquilos.
Los trastornos más comunes durante la infancia suelen ser la miopía, el estrabismo y el ojo vago, para tratarlos a tiempo lo mejor es vigilar el desarrollo de la visión durante los primeros años de vida sobre todo cuando van a empezar su etapa escolar entre los 3-4 años de edad. Puede que ellos no se quejen porque lo consideran normal pero si notas que tu hijo se acerca mucho al papel al pintar y dibujar, o que desvía un poco uno de los ojos, o que los entorna como si enfocara con ellos para ver algo que se encuentra lejos, puedes estar detectando una posible anomalía en su visión que es mejor corregir cuanto antes. O también puede que sí que se quejen, por ejemplo de dolores de cabeza cuando se acerca la tarde, eso también puede traducirse en una posible dolencia en la visión.
Además, cuando haya sol también debes prestar atención a sus ojos si por ejemplo guiña mucho uno de ellos cuando el exceso de luz le molesta o su parpadea con frecuencia, puede ser que tenga un cuerpo extraño en el interior del ojo o puede que sea recomendable acudir a un oftalmólogo pediátrico.
Los ojos de los más pequeños son tan frágiles como importantes, conviene que les echemos un vistazo cuanto antes.

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