jueves, 22 de febrero de 2007

Exceso de Consejos

Cuando saltamos en paracaídas por primera vez, o nos compramos un coche, o contratamos un viaje, siempre buscamos toda la información posible, sopesamos los pros y los contras, los distintos aspectos de aquello con lo que nos queremos enfrentar por primera vez. Cuando decidimos tener un hijo esto no iba a ser una excepción y buscamos información por todos los lados. Lo malo de esto es que a veces encontramos información contradictoria y esto nos puede generar más de un problema cuando encima entra en contradicción nuestra propia lógica o nuestro instinto.
La información siempre nos ayuda a la hora de tomar decisiones pero a veces, un exceso de información puede complicar más que ayudar. Esto ocurre sobre todo cuando nos encontramos en una situación nueva como es la paternidad. Los padres y madres primerizos se ven bombardeados por una batería de consejos que con la mejor de las voluntades pueden convertir los comportamientos más naturales en una pequeña (o gran) odisea casera, una balsa de aceite o un auténtico caos difícil de sobrellevar y sobre todo, difícil de superar.
Las inquietudes y las dudas cuando se sabe que se va a ser padre por primera vez son inevitables. Hablar de ello con amigos o familiares puede tranquilizarnos aunque tenemos que asumir y tener muy en cuenta que a veces puede confundirnos incluso más. Lo importante es tener las cosas claras (importante pero no fácil, eso también es verdad), conocer distintos puntos de vista y tener muy en cuenta que cada niño es un mundo y que no todo lo que funciona (o no) con los demás niños del mundo tiene por qué hacerlo con el nuestro.
Libros, guías, revistas especializadas son devoradas por los futuros papás con gran interés, por un lado para descubrir todas las posibles necesidades futuras de nuestros pequeños que no van a ser pocas y por otro para recorrer las etapas de su desarrollo e incluso la evolución lógica de nuestras propias vidas. Los consejos de nuestro entorno, de nuestros familiares, de nuestros amigos, no cabe duda de que en esta como en otras épocas de nuestra vida, constituyen una fuente de información muy importante en un intento por resolver o aliviar en la medida de lo posible el aluvión de inquietudes que se nos vienen encima con la llegada de nuestro primer hijo.
Nuestra labor como padres y sobre todo, como seres humanos, es la de ir seleccionando aquellos consejos que consideremos adecuados para nuestras circunstancias y sobre todo para las de nuestro hijo, nuestras necesidades, nuestras características, nuestra situación... cada cosa en su sitio y no todos los consejos le valen a todo el mundo. Esto es una realidad.
Que nadie nos malinterprete, no se trata de rechazar así, a priori todas las recomendaciones que nos hagan amigos y familiares que hayan pasado por una circunstancia igual o parecida a la que nosotros tengamos en marcha, se trata de aplicar a esas recomendaciones nuestro sentido común.
Siempre vamos a obrar pensando que hacemos lo mejor para nuestro pequeño, eso no debemos olvidarlo nunca, ni siquiera cuando apliquemos o rechacemos alguno de esos consejos que con buena voluntad nos ofrecen, aunque nosotros no los hayamos pedido...
Nuestra experiencia con nuestro hijo cada día se ira convirtiendo en una especie de filtro que nos ayudará a seleccionar aquellos consejos que consideremos más acertados y que pensemos que pueden llegar a funcionarnos mejor. Insistimos en que no estamos diciendo con esto que haya que rechazar todo lo que nos ofrezcan a la hora de aconsejarnos, de hecho una buena receta para dormir, para sobrellevar los dientes o para curar las escoceduras del pañal, por ejemplo, pues puede resultarnos de gran ayuda. Es obvio que habrá situaciones en las que deberemos dejarnos llevar por la experiencia de quienes nos rodean, amigos, conocidos, madres o suegras pueden convertirse en ocasiones en un punto de referencia mediante el cual conoceremos algunos de los pequeños pero útiles trucos que se llevan usando toda la vida, o que son de nuevo cuño y que nos pueden ayudar mucho tanto a nosotros, como sobre todo, a nuestro hijo. Es evidente que si alguna recomendación nos ayuda a superar alguna de estas situaciones no nos queda más que decir que “bienvenido sea” el consejo y el consejero...

1 comentario:

  1. Que bien expresado!estoy totalmente de acuerdo,cuando nacio nuestro hijo desafortunadamente (o afortunadamente?) no tuvimos a nuestro alrededor a nadie que nos diera consejos,personalmente recurri a un instinto tan primario como el que es ser madre.No niego que han habidos momentos en los que dude de mi misma,pero tuve el apoyo incondicional de mi marido.Y deje que mis emociones y sobre todo el gran amor que senti al tener a mi hijo en brazos me guiaran.Y supe...que estaba haciendo lo correcto

    ResponderEliminar