miércoles, 26 de marzo de 2008

Lactancia Materna: Cuidados del Pecho

Estamos en una de las etapas en las que de una forma más inconsciente menos nos preocupamos de nosotras mismas y eso no es bueno.
En pleno proceso de lactancia materna el cuidado de nuestro pecho debe ser algo prioritario y a lo que debemos dedicar unos minutos diariamente por nuestro propio bien y por el de nuestro hijo.
Para empezar, la higiene del pecho es clave en esta etapa, sobre todo la zona de la areola y el pezón, no cabe duda de que la ducha diaria es imprescindible y también suficiente aunque es recomendable no aplicar jabón o sustancias que puedan irritar una zona ya de por sí delicada y durante esta época aún más.
Después del lavado y secado de la zona es conveniente colocar un disco de celulosa que se debe cambiar con cierta frecuencia por razones obviamente higiénicas también.
Es recomendable emplear sujetadores o sostenes que no opriman el pecho aunque sí deben sostenerlo con firmeza, con seguridad y sobre todo con comodidad para la madre.
Pueden aparecer grietas en los pezones, es una dolencia muy común durante los primeros días de la lactancia, es dolorosa y no debe ser ignorada. Suelen producirse porque la posición de tu bebé al mamar no es la más adecuada para los dos, busca algún cambio ligero, colócale de forma que siga siendo cómodo para él pero que también lo sea para ti. La boca de tu bebé tiene que “agarrar” no sólo el pezón sino gran parte de la areola, de verdad, así será más fácil para él sacar alimento y mejor para tus doloridos pechos. Seguro que tu matrona o en la farmacia pueden ofrecerte alguna pomada específica para ayudar a cerrar las grietas sin tener que renunciar a la lactancia de tu bebé.
Se puede producir también una congestión cuando hay un exceso de producción de leche, suele ocurrir durante las primeras semanas de lactancia. El pecho se endurece y llega incluso a doler, para aliviarte puedes sacar tú algo de leche hasta que baje esa congestión antes de dar el pecho al bebé o entre dos tomas, cuando notes que lo necesitas. Suele ser algo temporal siempre que lo controles, si crees que necesitas ayuda nunca dudes en acudir a tu matrona o ginecóloga.
De hecho, por esta congestión se puede llegar a producir un bloqueo del pecho en alguno de los conductos, lo mejor sigue siendo vaciarlo o bien con “la ayuda” de tu bebé durante las tomas, o bien con procedimientos manuales que puedes aplicar tú misma.
Una mama congestionada, un conducto bloqueado al que no se ha dado una buena solución pueden llegar a desembocar en una infección, la llamada mastitis, suele ir acompañada de fiebre y es preciso que consultes con tu médico cuanto antes, te puede recetar antibióticos y te puede aconsejar cuál es la forma mejor para vaciar ese pecho, ya que puede darse sólo en una mama o en las dos en el peor de los casos.
Consolidar la lactancia, volver a casa y pasado el tiempo volver al trabajo son periodos que necesitan invariablemente del apoyo, del cuidado, de la implicación y de la ayuda de tu pareja. Es cierto que la mayor parte de los hombres no cuentan con un nivel de conocimientos sobre lactancia adecuados, por lo que es importante que se involucren durante el embarazo, que se informen junto a sus parejas, ya que se trata de un “juego” (el de ser padres) en el que todos deben participar y disfrutar.

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