miércoles, 12 de marzo de 2008

Una tristeza incontrolable...

Han sido nueve meses de estar poco a poco subiendo una empinada cuesta que de pronto, en cuestión de horas ha terminado siendo una montaña rusa. Nuestro cuerpo ha tenido nueve meses de adaptación y han terminado en un momento, en el momento del parto, es normal que todo ande un poco desajustado, por llamarlo de una manera más científica y más sesuda, es normal que andemos un poco deprimidas, se trata de la tradicional depresión postparto.
Entre un 60 y un 80% de las mujeres que acaban de parir llegan a padecer este problema, se trata de una leve tristeza que puede comenzar a los pocos días de la llegada del bebé. La mujer está sensible, ansiosa, quizás desbordada por las nuevas necesidades, cansada y todo eso desemboca en una tristeza que no dura más que lo que tardan nuestras hormonas en regresar a la normalidad. Con el trascurso de los días las aguas regresan a su cauce. Sí es cierto que en torno al 20% de las mamás pueden desarrollar este estado de tristeza y depresión durante una temporada más larga de lo habitual por lo que nunca está de más consultar con el médico.

Como decíamos más arriba son numerosos los factores que provocan este tipo de depresión, muchos de ellos son circunstanciales que se solucionan con la readaptación de las costumbres y de los hábitos familiares, cuando las rutinas vuelven a establecerse la situación vuelve a hacerse controlable. Además por supuesto están los también mencionados trastornos hormonales, bioquímicos, psicológicos,... que también se suelen solventar a la par que los ambientales sin producir mayores problemas ni secuelas en condiciones normales.

Lo más importante es saber que poco a poco la situación se va a hacer controlable, hay que serenarse y marcarse objetivos sensatos, es muy recomendable disfrutar de la nueva situación, de la llegada del bebé, seguro que si revisamos las prioridades algunas no son tan importantes, reduzcamos la lista y relajémonos un poco más.

Descansar ayuda a tomarse las cosas con otro aire e incluso con más fuerzas algo nada desdeñable en una situación como esta y el diálogo, hablar de lo que se está viviendo, de lo que se está sintiendo, de lo que se está disfrutando y también padeciendo (que hay de todo...) con nuestra pareja, con amigos, con familiares que nos puedan entender, con los que podamos desahogarnos y que no obligatoriamente tengan ni que darnos consejos ni que reprendernos... a veces las mejores intenciones no son las que más nos ayudan en situaciones nuevas como puede ser la llegada de nuestros pequeño...

Y no todo es controlable eso es algo que tenemos que aprender desde este momento, somos personas informadas, sabemos lo que es la depresión postparto y aún así.... unas lagrimitas a veces tampoco vienen mal... para que nos limpien la mirada.

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