lunes, 14 de diciembre de 2009

El impacto de.... NACER

A veces las circunstancias, las acciones, los hechos más importantes de nuestra vida están justo delante de nuestras narices y nos cuesta horrores apreciarlas. Y suele ser cuando lo vemos en la vida de los demás, cuando somos conscientes del sentido y la importancia que tienen en nuestro propio desarrollo como personas.


Siendo más concretos, ¿cuándo descubrimos lo importante que es en sí mismo el momento del nacimiento?... cuando tenemos hijos. Al menos ese es mi caso y el de muchas personas de mi entorno. Cuando llegan ellos, cuando les vemos superar ese primer gran impacto, ese cambio, ese caos tanto físico como emocional. Un caos que poco a poco y con nuestra ayuda y con el paso del tiempo, van organizando, suavizando e incluso superando. Es entonces y sólo entonces cuando nos paramos a pensar en ese momento en el que como padres nos hemos emocionado y asustado casi a partes iguales. Un momento de cambio radical para el que viene y de giro de 180º para el que recibe.


En los últimos meses de gestación nuestro peque ya nos oye, nos siente e incluso aprecia los cambios de luz de nuestro alrededor, podríamos decir que más o menos ve a través de nosotras. En los últimos meses es una personita en nuestro vientre y está preparado para dar su gran cambio adaptarse rápidamente a un nuevo ambiente físico, realizar una primera respiración que abra el camino de todas las demás y descubrir todo un universo de sensaciones. Todo ello a partir de un momento más o menos largo pero realmente: efímero, el del nacimiento, de la manera en la que llegamos al mundo, al nuevo mundo. Un momento por el que también hemos pasado nosotros pero sobre el que seguramente no habíamos reflexionado hasta ahora, hasta ahora que vemos como nace un nuevo ser.


Uno de los grandes temores que implica el hecho de nacer es su relación con el dolor, el dolor para el que acaba de llegar, para el recién nacido. Es una pena que ese momento que todos llevamos a nuestras espaldas venga marcado por ese dolor inicial, por ese miedo, por esa angusitia, por esa inquietud,… ¿cómo podríamos cambiarlo? ¿en qué nos ha afectado a nosotros? ¿nacimos con dolor? ¿lo olvidamos percisamente porque es inevitable el dolor al hecho de nacer, ese gran cambio implica dolor?

El nacimiento ha sido nuestro primer gran cambio pero la vida estará repleta de cambios, eso sí, de la mayoría de ellos seremos conscientes, puede que los controlemos o puede que no pero al menos sí seremos plenamente conscientes de que se están produciendo así, hasta que se acabe esta película que llamamos vida.

3 comentarios:

  1. Me ha gustado muchisimo tu blog!

    Asi que te sigo leyendo.

    Un beso.

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  2. Muchisimas gracias y me alegro de que te haya gustado y de que nos leas pero espero que además te animes a expresar tus ideas, tus opiniones y tus sugerencias. Gracias Erika. Un abrazo, Pilar.

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  3. Muy interesante esta entrada. Yo creo que tenemos en nuestras manos el intentar minimizar ese "impacto" al nacer, tenemos que volver a naturalizar el parto a hacerlo mas tierno en un ambiente y entorno mas cálido menos medicalizado, mas apropiado para la madre y el hijo y, por supuesto, nada de golpecitos en las nalgas, de aspiradores mecánicos ni de restregones (limpieza) innecesarios. Nada mas salir a los brazos de Mama..... ¿donde mejor puedo estar?.
    Y para los que hemos nacido con Impacto pues... hay métodos para renacer y revivir la experiencia...... si, si, no lo digo en broma... buscad en internet...
    Un abrazo Pilar y gracias por tu blog

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