¿Comida sana?

Nadie pone en duda desde el punto nutricional que el consumo de verdura es imprescindible para una buena salud. Que debemos frecuentar en nuestros platos, en nuestros menús verduras de hoja verde como la espinaca o la lechuga, verduras de otros colores como la col o la lombarda, la zanahoria o la calabaza, verduras de las que no nos comemos las hojas como los pepinos o los calabacines y en general lo mucho y bueno que la huerta nos ofrece. Pero con cuidado.

Según explicaban hace unos meses con todo detalle desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en su revista periódica “Compra Maestra” (concretamente en la del mes de mayo de este mismo año), lo que acompaña a las verduras en su desarrollo puede ser perjudicial precisamente para el nuestro, hablaban de los famosos nitratos. Sustancias que en nuestros organismo son transformadas por las bacterias en un tanto por ciento muy bajo en otros elementos llamados nitritos que son los verdaderamente peligrosos ya que pueden llegar a provocar efectos cancerígenos en nuestro cuerpo.

Por supuesto son más los beneficios que los perjuicios que provoca el consumo de verduras pero hay que llevar cierto cuidado, cierto control de lo que comemos. Según las mediciones y los análisis de laboratorio que llevaron a cabo desde la OCU hay que ser cuidadoso sobre todo con el consumo de espinacas y acelgas y aún más cuando se destinan a la alimentación de los más pequeños o de futuras mamás (mujeres embarazadas).

La verdad es que después de leer el artículo te quedas un poco más preocupada con respecto a la alimentación de nuestros hijos pero siempre es bueno conocer lo que nos rodea para poder tomar medidas al respecto. Los análisis realizados les llevaban a la conclusión de que un niño de 20 kg. no debería de comer más de dos días por semana verduras como las espinacas y las acelgas, pero además tampoco debería tomar demasiado repollo ni lechuga romana porque también son de las que más nitratos acumulan, siempre por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud pero sorprendentemente dentro de los límites que marca la legislación europea concretamente en el caso de las espinacas y las acelgas. Algo curioso desde luego ¿no sería más lógico que ambos organismos mantuvieran los mismos criterios y por tanto los mismos límites? ¿no nos harían la vida un poquito más fácil así a todos los consumidores? Pues se ve que los grandes organismos europeos no andan por la labor...

Para reducir en la medida de lo posible la cantidad de nitratos de las verduras, la Organización de Consumidores y Usuarios daba en el mencionado artículo del mes de mayo de 2009 unos consejos que voy a recordaros:

- Priorizar en la medida de lo posible la verdura que venga de agricultura ecológica porque se suelen emplear en estos cultivos menos cantidad de fertilizantes que la agricultura convencional y por tanto sus niveles de nitratos son sensiblemente menores.

- Consumir las verduras una vez compradas en el menor espacio de tiempo posible, cuanto antes mejor y nunca deben estar más de dos días en nuestra nevera. Si las vemos a consumir pasado este tiempo lo mejor es congelarlas para que eliminen o pierdan en el proceso algún tanto por ciento de los nitratos que contienen.

- Quitar las partes marchitas y los nervios de las hojas porque son los lugares en los que más se concentran estas sustancias dañinas.

- Lavar bien a conciencia las verduras con agua antes de su consumo

- Después de hervirlas es recomendable retirar el agua aunque sí, es cierto que también prescindimos de las vitaminas y minerales que se quedan en el agua de la cocción pero...



No es fácil mantener una alimentación más o menos sana sin caer en obsesiones y sin poder salir del ritmo de vida que llevamos. Es evidente que nuestros abuelos se alimentaban mejor pero también es evidente que su día a día era radicalmente distinto al nuestro. Adaptarse suele ser la mejor opción y estar informados nuestra mejor baza.