viernes, 9 de marzo de 2007

El chupete


Puede ser el mejor amigo de nuestro hijo o convertirse en un problema. Todo lo que conlleva el uso y el abuso del chupete nos facilita durante una temporada y nos complica después la convivencia con nuestros pequeños. ¿Valen la pena los quebraderos de cabeza? ¿Son rentables a la larga, los ratos de tranquilidad mientras succionan su chupete?
El chupete es uno de los primeros útiles que nos regalan incluso antes de que llegue al mundo su usuario principal, nuestro hijo. El chupete le tranquiliza, le calma y con este fin y con este consejo, la mayoría de los padres introduce en la rutina diaria de sus pequeños el uso de este objeto. No nos engañemos, no hay que pensar mucho para derse cuenta de que se trata de una introducción artificial (muchos niños lo rechazan y no hay manera de que lo admitan nunca) que va a modificar el comportamiento de nuestros hijos con toda una serie de ventajas y de desventajas añadidas. Sí que es cierto que cuando nuestro bebé se encuentra en el útero materno, comienza a chuparse los dedos. Es una forma de ir tomando conciencia de su propio cuerpo pero además, esta succión le tranquiliza porque en su boquita se encuentran una gran cantidad de terminaciones nerviosas que se relajan con el reflejo de succión. Este hábito se mantiene cuando nace y por eso muchos padres ven en el chupete una llave para conseguir un poco de tranquilidad en casa.
Lo habitual es que los padres tratemos de organizar la vida de sus hijos desde los primeros días, que intentemos regular sus horarios para adaptarlos a los del resto de la familia. Para eso, el chupete parece ser un aliado. Los niños alimentados al pecho tienen unos horarios más caóticos, comen con más frecuencia, las tomas son menos distanciadas y algunos padres creen que introduciendo el chupete pueden “engañar” el hambre de sus hijos para irles regularizando las tomas.
Además, hay padres que creen que con el uso del chupete se mejoran los cólicos del bebé, relacionados con el gas que produce su pequeño intestino, pues bien, está demostrado que los bebés con cólicos no mejoran por el uso de este utensilio. De hecho, algunos pediatras no recomiendan el uso del chupete por parte de bebés menores de un mes por el aumento del riesgo de aspiración del propio vómito.
También hay padres que con la introducción del chupete en la boca de sus hijos pretenden que estos no se chupen sus propios dedos, lo que pasa es que no caen en la cuenta de que cuando sus peques tengan el hábito de chupar y ya hayan decidido que es tiempo de dejar el chupete, comenzarán a chuparse sus dedos... y esos no se los podemos quitar...
Con o sin chupete, el pequeño va a descubrir que sus dedos y sus manos son buenos para chupar, además cuando los niños son pequeños la boca es fuente de información fundamental “llevarse las cosas a la boca” es su mayor deseo porque es su forma de aprender y de descubrir el mundo que les rodea. Aunque puestos a elegir, sí que es cierto que el chupete va a deformar menos el paladar del bebé que si se habitúa a chuparse sus propios dedos.
Visto lo visto, las recomendaciones del chupete son bastante escasas y sin embargo los posibles problemas u quebraderos de cabeza a posteriori, son numerosos. En todo caso, en lugar del chupete, siempre se pueden emplear otros métodos para relajar al bebé, como cantarle, frotarle o masajearle el cuerpo,... y un largo etcétera que nos indicará sobre todo el sentido común y las circunstancias en las que nos encontremos.
Según un estudio publicado por La Liga de la Leche, organización internacional que apoya a todas las madres que deseen amamantar a sus hijos, hay una relación directa entre la succión correcta o incorrecta, el uso del chupete y el éxito de la lactancia. Según este estudio publicado por la asociación en Suecia, en 1987, disuadir del uso del chupete contribuye al éxito de la lactancia.
Es necesario que los padres estén muy atentos a los posibles problemas que puede causar el uso descontrolado del chupete ya que está comprobado que afecta a la dentición, que favorece la incidencia de bacterias y que puede perjudicar el habla del niño en un futuro, además los chupetes también pueden hacer que el niño se acostumbre a respirar por la boca.
Hace poco tiempo que el Ministerio de Salud de Brasil ha determinado que los fabricantes de chupetes y biberones tienen que alertar al consumidor de los posibles problemas que puede generar en los bebés el uso de estos productos para concienciar de este modo a la población.
La Academia de Odontología General recomienda que el niño deje el chupete antes de entrar en la escuela. Se puede ir cambiando el chupete por vasos para sorber que fomentan además el desarrollo de la coordinación entre la vista y las manos, ya con tres años se puede hablar con el niño y plantearle que ya es mayor, que ya va a la escuela y que ya no necesita el chupete que usaba cuando era bebé; se pueden poner metas al pequeño, eso sí, la reafirmación positiva funciona con niños de más de un año y sobre todo, papás, no hay que frustrarse ni enfadarse si no se consigue el éxito esperado en el tiempo esperado.
De cualquier modo si ya es demasiado tarde para evitar que el chupete entre en nuestras vidas y demasiado pronto para sacarlo, tenemos que tener en cuenta una serie de aspectos, para evitar que las caídas al suelo del chupete sean frecuentes sería bueno utilizar una cadenita de seguridad que engancharíamos en la ropa del pequeño, siempre con mucha precaución y huyendo de los imperdibles como método de sujeción. Son más habituales ahora los clips menos peligrosos para la seguridad de los bebés. Hay que cuidar siempre la la higiene de la tetina, que el chupete no se caiga al suelo y de caer, lo lavaremos con agua del grifo, preferiblemente agua caliente, así evitamos que la suciedad o los gérmenes puedan provocar dolores de tripa a nuestro hijo.Y siempre, antes de comenzar a usarlo sopesar los pros y los contras que el uso del chupete conlleva a corto, a medio y sobre todo a largo plazo y los posibles beneficios que comporte su uso no sólo para nosotros sino, lo más importante, para nuestro bebé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario