viernes, 9 de marzo de 2007

La embarazada vegetariana

Superado el mito ese de que hay que comer por dos cuando se está embarazada, lo que no se debe olvidar es que si normalmente, en nuestra vida diaria siempre deberíamos alimentarnos correctamente, si estamos gestando aún con mayor motivo. Nuestra alimentación va a repercutir directamente en una de las personas a la que más vamos a amar a lo largo de nuestra vida: en nuestro hijo.
No importa tanto si somos vegetarianos u omnívoros, lo que importa y mucho es que desde el mismo momento en el que planeamos tener un hijo o desde el mismo momento en el que nos confirman que estamos embarazadas, nuestra alimentación debe ser por encima de todo completa y equilibrada.
Si nuestra opción es el vegetarianismo no hay mayor problema si nos planteamos hacer una revisión de nuestros hábitos alimenticios adaptándolos a nuestras nuevas necesidades para no comprometer el desarrollo y el crecimiento fetal de nuestro hijo y para evitar o paliar en la medida de nuestras posibilidades, las futuras dolencias o molestias gástricas e intestinales que vamos a padecer durante la gestación. Nadie dijo que esto fuera fácil... pero aquí estamos.
Desde el punto de vista nutricional una dieta que se fundamente en cereales, verduras, hortalizas, fruta, legumbres, semillas, frutos secos, huevos y lácteos es una dieta completa, siempre y cuando las cantidades sean ajustadas y las combinaciones de alimentos también.
El veganismo (la misma dieta sin huevos y lácteos) sin embargo, sí puede plantear durante el embarazo una carencia de vitamina B12, de hierro, de calcio y de otros nutrientes, por lo que esta opción implica que suplementemos nuestra dieta con productos específicos que eliminen estas carencias.
El hierro es básico durante el embarazo por eso tenemos que plantearnos que es imprescindible su correcta absorción, para eso nos puede ayudar la ingesta de alimentos ricos en vitamina C ya que esta vitamina aumenta la absorción del hierro vegetal que se encuentra en productos como las legumbres, los cereales y los frutos secos y desecados; por otra parte la vitamina C es conocido que abunda en los cítricos, en el kiwi, en las fresas, en los tomates,...
Además los germinados de cereales y de legumbres, también aumentan la cantidad de hierro que es asimilable por el organismo.
Las proteínas son imprescindibles a diario mientras estamos en periodo de gestación. Son imprescindibles para la síntesis y la regeneración celular y son vitales para el crecimiento y el desarrollo de nuestro futuro bebé. Las proteínas de origen vegetal las encontramos sobre todo en frutos secos, semillas, legumbres, cereales y las de origen animal abundan en los lácteos y sobre todo en los huevos, dos productos en los que también abundan las vitaminas del complejo B12 que nos van a hacer mucha falta durante esta temporada.
Los aminoácidos esenciales se encuentran en los vegetales que vamos a ir consumiendo de forma variada a lo largo del día, eso sí, combinándolos con cereales y legumbres para completar sus posibles deficiencias de nutrientes.
La soja es un alimento a tener muy en cuenta, tiene un 36% de proteínas de calidad semejante a las del huevo por lo que es un producto que debe formar parte de nuestra dieta durante el embarazo.
Las verduras deben formar parte de nuestra comida a diario o bien como primer plato o como ingrediente del segundo, tanto a mediodía como por la noche. La ensalada es la mejor opción ya que se aprovechan mejor los nutrientes, otra alternativa es el vapor que conserva más nutrientes que otros procesos (cocción,...) y mantiene el sabor propio de las verduras.
Una recomendación: la ingesta de nueces con moderación, ya que son una fuente de ácido linolénico, un ácido graso esencial.
Con estas recomendaciones y un poco de sentido común es evidente que el vegetarianismo no es incompatible con un buen embarazo.

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