miércoles, 24 de febrero de 2010

Todos a clase

Y a aprender un montón, que nunca está de más.
Hace un par de semanas "me colé" en clase de mi hijo, su profe que es de estas profesoras que disfrutan con su trabajo (una suerte para los niños y para ella...) me preguntó si podría colaborar con ellos en la semana de la salud y yo... me tiré de cabeza.
Les contamos un cuento sobre hábitos de vida saludables, hicieron juegos sobre lavarse bien los dientes después de las comidas, jugaron a "ver qué pasa" cuando algo nos produce alergia alimentaria por ejemplo (salieron todos con la cara pintada... unos porque habían comido huevo, otros por haber comido pescado,...), leyeron y descubrieron más aspectos sobre su propia salud en dos libros que llevó mi peque al cole (estaba él más orgulloso que nada...).
Los crios lo pasaron genial y yo he de reconocer que también... estoy deseando que necesiten alguna ayuda que yo pueda ofrecerles porque me encanta como reaccionan los crios, como escuchan, como atienden, como quieren exponer sus ideas, sus razones, como tienen prisa por todo (no saben que tienen todo el tiempo del mundo...).
Les conté este cuento que os dejo a continuación, lo encontré por la red, ¡lo siento pero no recuerdo el autor! que me disculpe por favor y como pago... que vea las caras del atento auditorio que tuvo su historia y que la ilustran con mucha gracia, incluyendo su profesora...
Aquí está:



"La Poción de la Mala Vida"

Hace muchos, muchos años, todas las personas estaban fuertes y sanas. Hacían comidas muy variadas y les encantaban la fruta, las verduras y el pescado; diariamente hacían ejercicio y disfrutaban de lo lindo saltando y jugando. La tierra era el lugar más sano que se podía imaginar y eso se notaba en la vida de la gente y de los niños, que estaban llenos de alegría y buen humor. Todo aquello enfadaba terriblemente a las brujas sucias, quienes sólo pensaban en hacer el mal y fastidiar a todo el mundo.




La peor de todas las brujas, la malvada Bruja “Caramala”, tuvo la más terrible de las ideas: entre todas sus amigas brujas, unirían sus poderes para inventar una poción que quitase las ganas de vivir tan alegremente que tenía toda la gente.

Todas las brujas se juntaron en El Bosque de los Pantanos y colaboraron para hacer aquel maligno hechizo. Y era tan poderoso y necesitaban tanta energía para hacerlo que cuando una sola de las brujas se equivocó en una sola palabra, hubo una explosión tan grande que hizo desaparecer el bosque entero.
La explosión convirtió a todas aquellas malignas brujas en seres tan pequeñitos y minúsculos como un microbio, dejándolas atrapadas en el líquido verde de un pequeño frasco de cristal que quedó perdido entre los pantanos y allí estuvieron encerradas durante cientos, miles de años, hasta que un niño encontró el frasco con la poción, y creyendo que se trataba de un refresco, se la bebió entera.

Las microscópicas y malvadas brujas aprovecharon la ocasión y aunque eran tan pequeñas que no podían hacer ningún daño, pronto aprendieron a cambiar los gustos del niño para perjudicarle para hacerle menos feliz y ponerle menos sano. En pocos días, sus pellizquitos en la lengua y la boca consiguieron que el niño ya no quisiera comer las ricas verduras, deliciosa fruta o suculento pescado y que sólo sintiera ganas de comer helados, pizzas, hamburguesas y golosinas. Y los mordisquitos en todo el cuerpo consiguieron que dejara de parecerle divertidísimo correr y jugar con sus amigos por el campo buscando tesoros y que sólo sintiera que todas aquellas cosas le cansaban, así que prefería quedarse en casa sentado o tumbado.

Así su vida se fue haciendo más aburrida, comenzó a sentirse enfermo y poco después ya no tenía ilusión por nada; ¡¡la maligna poción había funcionado!!. Y lo peor de todo, las brujas aprendieron a saltar de una persona a otra, como los virus y consiguieron que el malvado efecto de la poción se convirtiera en la más contagiosa de las enfermedades: la enfermedad de la Mala Vida.

Tuvo que pasar algún tiempo para que el doctor Sanis Saludakis, ayudado de su microscopio, descubriera a esas brujitas que causaban la enfermedad. No hubo vacuna ni jarabe que pudiera acabar con ellas, pero el buen doctor descubrió que las brujitas no soportaban la alegría, la risa y el buen humor y que precisamente la mejor cura era esforzarse en tener una vida muy sana, alegre y feliz porque en el cuerpo de una persona sana, las brujas aprovechaban cualquier estornudo para huir a toda velocidad.

Desde entonces, sus mejores recetas no eran pastillas ni inyecciones, sino un poquitín de esfuerzo para comer verduras, frutas y pescados y para hacer un poco de ejercicio. Y cuantos pasaban por su consulta y le hacían caso, terminaban curándose totalmente de la terrible enfermedad de la Mala Vida.
........
.Y después fueron buscando en su cesta de frutas cual era la que más les gustaba, la que menos, de que color era cada fruta... todo eso en inglés (por aquello de que es un cole bilingüe y de que cualquier momento es bueno para aprender jugando).
Fue una experiencia de lo más didáctica y de lo más entretenida.

Además, también utilizaron dos libros para hablar de la salud y del cuerpo humano, dos libros con los que mi hijo ha disfrutado un montón desde hace tiempo.
Uno lo trajo Papa Noel unas navidades y el otro se lo regalaron sus tíos "postizos" y aunque... ha sufrido alguna pérdida (es lo que tiene un libro pop-up) la verdad es que le encantan los dos.
Os dejo también las fotos de los libros por si os apetece descubrirlos... son una maravilla y sobre todo muy entretenidos para los peques y para los que no lo somos tanto... también.

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