Y nos fuimos de carnaval

Pero que conste que sólo se disfrazaron los niños... los mayores somos muy pudorosos, es lo que tiene la edad...
El viernes pasado nos fuimos de carnaval.

El ayuntamiento montó un par de castillos hinchables en el gimnasio de un cole del municipio y con eso, con unos cuantos animadores que proponían juegos a los niños y que les pintaban la cara si querían,  y con la música a todo volumen, se marcaron una fiesta de carnaval de lo más económica.

Lo importante: los peques estaban encantados, todo hay que decirlo aunque a los mayores el sitio la verdad nos parecía un poco pequeño...

Llevábamos en el grupo al peque (este sin disfrazar), a un astronauta, a una princesa, a un spiderman y a un batman lleno de músculos al que no conseguí pillar en ningún momento para hacerle una foto lo que significa que no paró de moverse, de jugar, de saltar y de pasarlo tan bien como todos los demás.

Además (y como es lógico) también coincidieron con muchos amigos del cole (con blancanieves, con pollitos irreconocibles, con vampiros, con más princesas y con un montón de personajes más a los que o no conozco o no reconcí, lo siento...) con lo cual la diversión se multiplicó.

Los papás estuvimos charlando lo que pudimos, casi más gritándonos un poco la verdad y vigilando que el peque no se cayera cada vez que pisaba una moqueta mal puesta... lo de siempre.  
Al final ya casi no podían ni con la gorra del astronauta (es que era el uniforme de tierra y no el de la nave...) ni con la máscara del spiderman, la que mejor iba era la princesa con sus tacones (las chicas para esto somos más sufridas) pero daba igual el cansancio porque de la fiesta nos marchamos cuando nos echaron... literal, y de ahí nos fuimos a un restaurante de comida rápida donde volvieron a soltar energías, adrenalina y muchas ganas de seguir jugando... empezamos el viernes llenos de energía y así continuamos todo el fin de semana, no ha sido precisamente un fin de semana de descanso... no... pero lo hemos pasado en grande.